Un cuidadoso trabajo de restauraci�n ha vuelto a dar a esta magn�fica casa canaria todo el esplendor de sus mejores tiempos. Configurada en torno a un patio que la precede, los propietarios han sabido adaptar la magia de la antigua construcci�n a las exigencias y necesidades m�s modernas. As� pues, las placas solares alimentan de energ�a a los diferentes electrodom�sticos y las aguas residuales se aprovechan para el riego del jard�n, ofert�ndose como casa ecol�gica. Consta de dos dormitorios dobles, el sal�n especialmente acogedor y armonizado con el suelo de madera y sof�s dispuestos junto a la estufa de hierro. De cada habitaci�n emana una sensaci�n de tranquilidad y en la cocina se acent�a este sentimiento pues los cortinajes a cuadros han sustituido a los muebles y la amplia campana adquiere un gran protagonismo junto al tradicional horno de barro. Desde sus terrazas podemos divisar este tranquilo lugar de tierras de secano tapizadas por un gran n�mero de almendros.

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