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icoHotel Rural LA CASA DEL CURA en Vid, La de Ribera de Duero

Roa y la tierra de vinos

En torno al río Duero, desde tierras de Soria y Burgos, pasando por el Norte de la provincia de Segovia, hasta Valladolid, se extiende una de las zonas vitivinícolas más importantes, no sólo de Castilla y León, sino del mundo.
De las cuatro provincias, la más amplia es, sin duda, la de Burgos, regada por el Duero de Este a Oeste, y a cuya denominación de origen “Ribera del Duero”, se suman sesenta municipios.
Un clima continental, una altitud media de 800 metros y un suelo de aluvión y arcilloso, rico y fértil, han creado el hábitat apropiado para la Tinta del País, variedad principal de la zona – procedente del mismo tronco que la uva Tempranillo -, que otorga color, aroma y cuerpo a los excelentes tintos de la Ribera del Duero. En menor medida, los mostos de las variedades Cabernet-Sauvignon, Merlot y Malbec – las tres de origen francés – complementan la base de los ricos caldos, así como la Garnacha, más rústica y de fuerte coloración y la Albillo o Blanca del País.
Los tintos de la Ribera del Duero son vinos muy cubiertos de color, con irisaciones moradas, aroma muy delicado y penetrante y suavemente ácidos. Los rosados son sutiles de color, afrutado, frescos y ligeros en boca.


Clunia

Cerca de la Peñaranda de Duero y en el término de Peñalba de Castro se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Clunia Sulpicia, una de las mayores y más importantes urbes de la Hispania Romana.
Antes de la llegada de los romanos, Clunia fue un asentamiento indígena de los arévacos, solar de cántabros y vascones. Tiberio fundó en ella un “municipium” romano y más tarde, en tiempos del emperador Galba o Adriano, obtuvo el rango de Colonia, “Colonia Clunia Sulpicia”. Capital de uno de los Conventos jurídicos de la Hispania Citerior o Tarraconense, Sertorio resistió en ella a Pompeyo, en el año 72 a.C. Aquí, en el año 69 d.C. , Servio Sulpicio Galba se proclamó emperador de Roma.

Por estos caminos nos acercamos a Caleruega, patria de Santo Domingo de Guzmán, patrón de la Provincia. En la torre de los Guzmanes, dentro del convento habitado por monjas dominicas, un pozo que las gentes quieren de agua milagrosa, señala el lugar donde nació el Santo el año 1170.

Los danzantes de Fuentelcésped

Fuentelcésped es conocido en la comarca ribereña por sus famosos danzantes. Ocho niños vestidos con graciosos ropajes y tocados con alegres sombreros de flores, bailan ante la Virgen de la Nava, en las fiestas de su “traída” y “llevada” de la ermita a la iglesia del pueblo. Estas tienen lugar desde la víspera de San Antonio (hoy el sábado más próximo al 13 de junio), en que se “trae” a la Virgen, hasta el día de San Juan, fecha de la “llevada” o devolución de la venerada imagen a la ermita. Pero el ambiente de fiesta, comienza ya a sentirse a mediados de mayo, cuando, en los preparativos de la fiesta, se eligen los mayordomos, así como a los danzantes, el “zagarrón” que dirige las danzas y los “angelitos”, niños de corta edad, que adornan la carroza de la Virgen simulando, agarrados de cintas, tirar de ella.

El encanto de Peñaranda de Duero

Situada a los pies de su castillo medieval, Peñaranda de Duero aparece en los campos ribereños, como una de las villas más bellas y pintorescas de la provincia de Burgos. La población conserva su casco medieval, extendiendo su caserío alargado recostado en la ladera, cercado en otro tiempo por una muralla de la que aún se conservan algunos lienzos.
Destacan en ella, entre viejas casonas de piedra y adobe, la mole de su iglesia parroquial y excolegial de Santa Ana, construida a mediados del siglo XVI, con trazas de Gil de Hontañón, y el palacio renacentista de los Avellaneda,(Condes de Miranda) obra encargada por don Francisco de Zúñiga y Avellaneda, al parecer, a Francisco de Colonia hacia el 1530. Su portada, con escudo de los Zúñiga entre tenantes, se abre señorial a la gran plaza y en su interior lucen, alrededor del elegante patio central habitaciones bellamente decoradas como el Salón de Embajadores, presidido por una finísima chimenea de estucos, sobre la que se abre una tribuna cerrada con fina celosía, desde la que la música sonaba en las grandes fiestas palaciegas.Ambos edificios se encuentran en la plaza Mayor que, presidida por el rollo jurisdiccional, es, sin duda, una de las más hermosas de España. Enfrentada a la plaza del Duque se abre una plazuela por la que discurre al fondo la calle Real, en el que se encuentra el Ayuntamiento y algunas casonas renacentistas y barrocas, así como la farmacia de los Jimeno, que conserva la antigua botica del siglo XVII.

Gumiel de Izán queda a unos doce kilómetros al Norte de la capital ribereña, en la carretera Nacional de Burgos a Madrid. Solar de antiguos linajes, en su iglesia parroquial, que se alza en el centro de la población, se guarda un monumental retablo gótico, obra anónima de finales del siglo XV, bellamente policromado.
No muy lejos, el otro Gumiel, esta vez del Mercado, conserva su iglesia gótica en Santa María, donde relucen los oros del barroco en su retablo mayor. Lugar de paso para acercarnos al convento de “Domus Dei”, en La Aguilera, a 10 kilómetros de Aranda, donde San Pedro Regalado, patrono de los toreros, sigue atrayendo por su fiesta, el 13 de mayo, a los fieles de la comarca.