Casa Rural por Habitaciones CASA MAIDEVERA en Aranda de Moncayo de Aranda

Por el Parque Natural del Moncayo

Río Isuela, Purujosa, collado de la Estaca y barranco de Valcongosto

Al norte de la comarca del Aranda, entre Aragón y Castilla, se alza el majestuoso Moncayo, una mole blanca, que con sus 2.315 m es la mayor altitud del Sistema Ibérico. La zona en la que nos encontramos, la “Cara Oculta" del Moncayo, es el reino de las rapaces necrófagas, pues con sus majestuosos planeos de 2,50 m de envergadura, el buitre leonado, o si hay suerte de ver al quebrantahuesos, hacen del hombre un ser insignificante dentro del ecosistema del Parque Natural del Moncayo. Sobre el quebrantahuesos, hay un plan para lograr su plena reintroducción en esta "Cara Oculta" del Moncayo.

Consejos: Se puede hacer la visita en cualquier época del año, teniendo precaución en invierno, por el hielo. Cuidado también en época de lluvias, ya que Valcongosto queda casi impracticable. Atención y respeto a las víboras hocicudas en zonas pedregosas Y no molestar a los murciélagos, sobre todo en época de invernada

Desnivel: 557 m

Duración: 4 horas. Se recomienda disfrutar de la Cueva del Cuartún y su entorno

Dificultad: Media

1 Purujosa
2 Peirón I barranco de Cuartún
3 Cueva de Cuartún
4 Corrales de Cuartón
5 Fuente de la Col
6 Collado de la Estaca
7 Balsa I barranco de la Hoya del Barranco
8 Barranco de Valcongosto
9 Río Isuela

Iniciamos el recorrido desde el río Isuela, en la parte baja de la localidad de Purujosa (1), un pueblo muy pintoresco colgado sobre peñascos calizos. A la entrada de Purujosa hay un albergue, para comer y pernoctar, junto a un curioso semáforo, para evitar discusiones entre los que bajan y suben con sus vehículos. Remontamos sus empinadas calles, hasta llegar al final de la calle Colladillo, junto a un coqueta jardín con hiedras, tuyas, robles, arces y zona de aparcamiento, punto panorámico donde se ve la imponente muela del Col (Morrón) acompañada por las de Purujosa y Beratón, y los barrancos de la Virgen y Cuartún. Hacia ese punto bajamos, siguiendo el camino pedregoso bien señalado por marcas blancas y rojas (GR 90.2).
Al llegar a la rambla, hay un derruido peirón (2) donde cogeremos el camino de la derecha por la barranquera. Ésta es muy angosta y con testimonios de actividad kárstica. Nos llevará a la boca triangular de la cueva del Cuartún (3), que da paso a un enorme espacio interior, utilizada para aprisco del ganado lanar y caprino.

Cuevas y corrales
Las caprichosas cavernas que albergan estos barrancos han constituido el refugio ideal, no sólo para los abundantes murciélagos, sino para la ganadería ovina y caprina que existió. La cueva de Liendres, en la cabecera del Valcongosto, y la de Cuartún son dignas de visítar: dos fenomenales grutas habilitadas y ordenadas para la estancia de centenares de ovejas. Cuentan con corrales interiores, parideras, brosquil para corderos y espacio para el pastor.

Se sigue el camino y, a los pocos metros, llegamos a una pista, que tomaremos hacia la derecha, con fuerte pendiente, hasta llegar al collado de Cuartún. A nuestra izquierda se dejan los corrales del mismo nombre (4), en los que antaño se desarrolló una intensa actividad pastoril. Al fondo, se ve una singular aguja de formación calcárea. Aquí los buitres leonados son casi tan comunes como los gorriones en un parque urbano. También podemos ver grandes rapaces como el águila real, el alimoche y el búho real.

Nuestro camino sube por zona de pinos y coscojas y, posteriormente, por el borde inferior del bosque. Hay que cruzar dos pequeños pero caudalosos torrentes, que vienen de la fuente del Col (5), situada al pie de extraordinarios paredones de más de 90 m de altura del Morrón (1.735 m). A su lado, se ha construido una balsa contra incendios, destinada a abastecer helicópteros.

Hay que seguir un poco más para alcanzar el collado de la Estaca (6), de 1.457 m, en la pista forestal que une Beratón con Talamantes. Pastizales y erizones azules rodean la zona. Desde aquí, podemos visitar las siete cuevas de la cara sur del Morrón. Enumeradas de este a oeste, la primera es la de las Brujas, después la Ancha y la Estrecha, luego la cueva de la Abuela Petra, la de los Pilares, la gruta del Bucho Agujerado y, para finalizar, la del Saúco.

Descenderemos por el barranco de la Hoya del Barrán, hasta que se alcanza o enlaza con el barranco de Valcongosto (8), junto a una línea de chopos, que es alimentado por la fuente del Col y siempre lleva agua, excepto en los meses más calurosos, que es subterráneo en este tramo.

En muchas zonas el agua inunda el sendero, por lo que hay que mojarse las botas. Es impresionante cómo este barranco vadea sus aguas entre los farallones de la plana de Valdeascones y de la muela de Cuartún. El paisaje nos dejará sin habla en los tramos más impresionantes y fotogénicos, como el estrecho de Gibraltar. El barranco de Valcongosto es una estrecha garganta, muy sombría, que tiene una longitud de casi un kilómetro; presenta formaciones rocosas y lomas de vegetación espinosa y punzante cuya dureza ya habremos comprobado anteriormente. Los amantes de las plantas pueden ver en el recorrido algunas especies vegetales muy raras, como las espléndidas rosetas de la corona de rey, Globularias, la romperrocas del Moncayo o varias clases de helechos del género Aspleniun, además de guillomos, salvias, tomillo salsero... Más adelante, el barranco se abre y conduce al puente de la carretera, que tomaremos para alcanzar el río Isuela (9). Un kilómetro más arriba está Purujosa, lugar donde hemos iniciado nuestro recorrido.